jueves, 23 de diciembre de 2010

Porque hay cosas, sin las que no se puede vivir...


Levantarme y pensar que ojalá que todo acabara de una vez, que mi mente finalmente volviera a dormirse para no despertar.
Perder las ganas de ir a clase, teniendo la sensación de que si voy, solo voy a ir para sentirme morir.
Llorar sin parar, con la sensación de que a nadie le importa y de que las paredes se estrechan en torno a mi.
Esconderme en el rincón más pequeño y oculto posible, hecha un ovillo.
Esa soledad, día tras día.
Encerrarme en mi misma, porque no puedo soportar que nadie tenga en sus manos mis secretos, porque me aterra como puedan usarlos...

Pero TÚ, le das la vuelta a todo. TÚ haces que me levante cada día, que rece (si, que rece) porque el fin de semana pase lo más rápido posible. TÚ haces que sonría, hasta cuando lloro. TÚ, solo TÚ. Por ti encuentro cada mañana la fuerza para pintarme la sonrisa, y salir a la calle. TÚ, con tu increíble fuerza, sujetas las paredes que se cierran en torno a mí. TÚ, que haces que sea absurdamente fácil contar lo que ni siquiera soy capaz de reconocer ante mi misma. TÚ, lo eres todo...

martes, 21 de diciembre de 2010

Chop!


Ya no quedan ni las ganas de intentarlo...
Tenía tantas ganas de comerme el mundo... Ahora solo como barro.
Todos a mi alrededor van armados con puntiagudos alfileres, porque su nuevo entretenimiento es pinchar mis sueños, mis ilusiones... y reír mientras lo hacen.
Ya no quedan ni las ganas de intentarlo...

domingo, 19 de diciembre de 2010

Enough...


Hace mucho que dejé de entender el mundo. ¿En que se ha convertido?
En un lugar en el que las mejores personas, que he conocido y que me quedan por conocer, son las que más sufren. En un mundo en el que nos vemos forzados a vernos a través de los ojos de los demás, unos ojos que probablemente están cegados por el flash de una cámara que los fotografió hiriendo a otro ser humano.
Un mundo en el que los crueles hacen todo lo posible por pisar el mayor número de personas, como si se tratara de una competición, y un mundo donde la gente mira impasible todo ese sufrimiento, como si fueran espectadores de una película que no les afecta para nada.
¿Quien les dio el derecho de mirar por encima del hombro? ¿Quien les dio el derecho de erigirse juez, jurado y verdugo?
Pues óiganme todos ustedes.
Paren el mundo, que yo me bajo...

We can be only who we are, no more, no less...



¿Quien eres? ¿Quien soy? ¿A Quien le importa?
Solo podemos ser quienes somos, nada más, nada menos.
-¿Oyes eso?

-¿La música?

-¡Sí! ¿Que otra cosa si no? ¡Bailemos!

-Pero estamos en medio de la calle. Deja de moverte, la gente nos mira.

-¡Pues que miren! No hago nada malo. Solo bailo. Solo soy feliz. Si no lo entienden, que no miren.

-Ya puedes dejar de bailar, la música a parado.

-¿y qué? A lo mejor tu no la oyes, pero sigue en mi cabeza. Y es aún mas bonita que antes.

-Está empezando a llover...

-¿Crees que no me he dado cuenta?

-Pues eso parece, porque sigues bailando...¡Oh dios santo! No empieces a cantar.

-Sigo bailando porque no pienso dejar que la lluvia me impida hacer lo que quiero. Ni dejar que ningún obstaculo haga desaparecer mis sueños e intenciones. Y canto porque puedo hacerlo.

-Bueno, yo hay muchas cosas que puedo hacer y, sin embargo, no se me ocurriría hacerlas.

- ¡Ese es tu problema! Hazlo y punto. Permitete ser feliz aunque solo sea un instante.

sábado, 18 de diciembre de 2010

I promise...


No puedo parar la lluvia que cae y nos rodea.
No puedo silenciar el trueno ni apagar el rayo.
No puedo parar el tiempo, ni hacer desaparecer el mundo.
No puedo borrar tus lágrimas, ni pintarte una sonrisa.

Pero si puedo abrazarte para que la lluvia no te haga sentir frió.
Puedo acompañarte durante la tormenta para que no tengas miedo.
Puedo pasar todo el tiempo del mundo contigo.
Puedo ofrecerte un pañuelo para secar cada lágrima, y sonreír contigo.
Y también puedo prometerte que, siempre, pase lo que pase, estaré contigo.

jueves, 16 de diciembre de 2010

I wish i could...


Ojalá pudiera simplemente no pensar. Hacer clic y que todo pasara, que todo acabara, para no tener que ver pasar la mañana entre sonrisas fingidas y falsas risas, y la tarde entre lágrimas que ni si quiera estoy del todo segura de de donde salen. Ojalá pudiera acostarme con unos brazos rodeándome, para al menos poder intentar dormir. Ojalá pudiera tener unos brazos acunándome mientras lloro en un suelo frió. Ojalá pudiera evitar que cada frase, cada palabra, cada sentimiento de los demás me hiciera pensar que ellos tienen algo que yo nunca tendré.
Ojalá pudiera enterrar la cabeza para no levantarla jamás.
Y ojalá pudiera evitar sentirme culpable por sentirme mal.