domingo, 19 de diciembre de 2010

-¿Oyes eso?

-¿La música?

-¡Sí! ¿Que otra cosa si no? ¡Bailemos!

-Pero estamos en medio de la calle. Deja de moverte, la gente nos mira.

-¡Pues que miren! No hago nada malo. Solo bailo. Solo soy feliz. Si no lo entienden, que no miren.

-Ya puedes dejar de bailar, la música a parado.

-¿y qué? A lo mejor tu no la oyes, pero sigue en mi cabeza. Y es aún mas bonita que antes.

-Está empezando a llover...

-¿Crees que no me he dado cuenta?

-Pues eso parece, porque sigues bailando...¡Oh dios santo! No empieces a cantar.

-Sigo bailando porque no pienso dejar que la lluvia me impida hacer lo que quiero. Ni dejar que ningún obstaculo haga desaparecer mis sueños e intenciones. Y canto porque puedo hacerlo.

-Bueno, yo hay muchas cosas que puedo hacer y, sin embargo, no se me ocurriría hacerlas.

- ¡Ese es tu problema! Hazlo y punto. Permitete ser feliz aunque solo sea un instante.

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