viernes, 19 de noviembre de 2010

The princess opens up her eyes without a kiss

Dormida. Cansada. No sé. Harta. Harta de esperar a que me despierten con un beso. Porque ese beso nunca llega. Llegan otros, pero el que me despierte tiene que ser especial, diferente. Y así llevo toda la vida. Quiero un beso dulce y ácido. Corto, pero duradero. Suave e intenso. En la mejilla, en la frente, en los labios... Eso es lo de menos. Pero que signifique algo. Que me haga cambiar. Despertar. Ser yo misma. Olvidar y recordar todo a la vez.
Pero nada. Que no llega. Pues a seguir esperando. O mejor. Por esta vez, seré la princesa que abre los ojos sin un beso.

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